Círculo de Mujeres: Saliendo del Patriarcado

En pleno siglo XXI, cuando ya parece que las mujeres hemos alcanzado más libertades , que el feminismo está en marcha, que todo ha mejorado para nosotras aparentemente, podríamos hacernos la gran pregunta de si continúa siendo necesario que las mujeres nos reunamos para compartir nuestras vidas. A ello sólo existe una respuesta afirmativa, categórica e indiscutible, alejada de cualquier resquicio de duda, porque aún nos falta mucho camino por andar.

Vivimos en una sociedad patriarcal implacable tanto para mujeres, como para bebés y hombres, que nos deja unas heridas difíciles de curar, que probablemente nos acompañarán a lo largo de toda nuestra vida. Por ello queremos y necesitamos desesperadamente sanarnos.

En nuestro último Taller de Mujeres, ellas ponían de manifiesto su necesidad de un círculo con estas palabras:

-“ quiero empoderarme como mujer, siento que estoy muy desconectada conmigo y mi feminidad.”

-“ los otros deciden por mí, casi nunca hago lo que quiero”

-“ trato de adaptarme para que me quieran, me reconozcan, para ocupar los puestos que nos han reservado por nuestro sexo, por la categoría que la sociedad nos ha dado de mujeres de segunda.

-“lo de las mujeres y los niños primero tiene su contrapartida”.

Estas palabras me conducen a la siguiente reflexión preguntándome: ¿Cuándo fue que nos desconectamos?, ¿Cuándo dejamos de ser nosotras?, ¿Qué significa estar conectadas?.

Resuenan en mi cabeza una y otra vez frases como “no me veo una mujer bonita”, en un mundo donde existen demasiados cánones de belleza impuestos, demasiada publicidad con mujeres artificiales, y demasiado rechazo a nuestros cuerpos tal y como son. Todo ello nos induce una y otra vez a tanta cirugía estética , de pechos, culos, labios vaginales, estómagos, obesidades, tallas imposibles…Y la gran pregunta a esta locura desmesurada sería quién puede amarse así.

Necesitamos mirarnos con ojos nuevos, retomar nuestras vivencias desde otro prisma diferente, para reencontrarnos con otras mujeres y buscar caminos nuevos para nuestro ser mujer, nuestra maternidad, nuestra infancia, nuestra madurez, nuestras relaciones, nuestr@s hij@s, etc. Se hace por tanto urgente y preciso que nosotras conozcamos cuáles son nuestros ciclos: infancia, adolescencia (menstruación), partos, climaterios. Es necesario saber cómo vivimos nuestro cuerpo, nuestra sexualidad. Debemos aprender a mirarnos, nuestra vagina, nuestro útero con otros ojos, desde la salud.

Hemos sido agredidas en muchas ocasiones en la vida : en el grupo de cada 10 mujeres, seis han sufrido abusos sexuales, violaciones o agresiones de múltiples maneras en nuestros cuerpos: partos sin respetar, trabajos que nos llevan a abandonar nuestra lactancia y el cuidado de nuestros bebés, ninguneadas profesionalmente. Hay mucho daño que restaurar para volver a quererse sin sentirse anulada y sin sentir que no sirves para nada.

Estamos inmersas en la realidad de una industria médico-farmacéutica que nos hace sentir enfermas con nuestros procesos vitales (reglas, partos, lactancia, fertilidad, menopausia), siempre de una manera u otra medicadas, como si nuestros cuerpos fueran incapaces de funcionar, fueran inútiles, necesitados de un control externo ajenos a nosotras mismas, dirigidos y manipulados.

No existe un reparto real de tareas y esto hace que nos sintamos sobrecargadas, superadas, por tanta actividad hacia los otros y esto no nos proporciona espacio para disfrutar de lo cotidiano. Todo ello sin obviar que este trabajo no es reconocido (ni por nuestras parejas, ni socialmente), no es valorado y no tiene sueldo. Así llegamos al agotamiento y ¡estamos cansadas!.

Escucho la voz de las mujeres que dicen: “ quiero perder el control, me siento rígida, encorsetada, todo controlado, no quiero tener expectativas , solo quiero disfrutar.”

Tenemos que romper el molde en el que nos hemos metido, que nos han vendido, donde el placer no está muy permitido. Nos adaptamos a la perfección al papel que nos han asignado de la super-responsabilidad para poder llevar todo adelante: la casa, los hijos, nuestro trabajo, nuestra pareja… todo bien organizado, al máximo de perfección, sin dejar hueco para nuestras necesidades, para nuestro disfrute, para poder saber cuáles son las cosas que nos nutren, que dictan de verdad nuestra alma.

Entonces escucho frases como “ necesito la fuerza del grupo para tomar decisiones “. Es precisamente en este momento cuando nos queremos liberar y tomar otros caminos, y entonces percibimos y somos conscientes de nuestra soledad, y nos sentimos perdidas, desorientadas ante el vacío y el abismo inconmensurable del riesgo.

Por todo ello los Grupos de Mujeres, en Vidar y en Córdoba, estamos ahí, para recordaros que podemos, que nos apoyamos, que en el camino otras mujeres lo hemos hecho: a veces dejar una pareja, abandonar un trabajo, aprender a decir NO. Para darnos cuenta que nos daña esta manera que hemos aprendido a relacionarnos y a vivir. Queremos aprender a confiar , a desplegar las alas y volar , marcar otros rumbos, otros caminos, sacar nuestros sueños a la luz, mostrar nuestros corazones como realmente son, con una inmensa capacidad de amar.

Siempre nos juzgamos , somos crueles con nosotras mismas, somos las más implacables , no nos dejamos pasar ni una y ya es tiempo de tratarnos con amor, de querernos por lo que ya hemos cambiado, de escuchar lo que necesitamos, y con nuestra red de mujeres salir adelante y gritar al mundo que hemos regresado, que estamos resurgiendo de nuestras cenizas, que somos libres para actuar y para ser.

Durante más de siete años trabajando con grupos de mujeres nos hemos enriquecido de todas y cada una de sus experiencias, de sus historias y hemos crecido y reencontrado con nosotras mismas realizando actividades muy diversas: a través del arte (modelando barro, pintando), del baile, de la música, de la meditación, del compartir. Pero sobre todo, seremos conscientes de nosotras mismas, de nuestra sabiduría, de nuestro poder y nos abrazaremos para sentir el placer de estar juntas, de saber que somos UNA, que estamos vivas.

Sólo nos queda el grupo , la tribu, los círculos, el encuentro entre nosotras para poder sostenernos, aliviarnos, llorar , reír, sentirnos seguras, avanzar y poder florecer como las mujeres que queremos ser, AUTÉNTICAS Y VIVAS.

TERESA GÓMEZ GALÁN

COMADRONA

ACOMPAÑANTE EN LOS CÍRCULOS DE MUJERES

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